
Ara, la cadena de supermercados del grupo portugués Jerónimo Martins en Colombia, cerró 2024 con un sólido crecimiento en ventas y rentabilidad, a pesar del complejo contexto económico. En un año marcado por la caída de la inflación de alimentos —que promedió 3,2%— pero con precios aún elevados que presionaron los presupuestos familiares, la compañía logró una expansión significativa.
Las ventas de Ara aumentaron un 11,1% en moneda local y un 17% en euros, alcanzando los 2.900 millones de euros. El crecimiento comparable (LFL) fue de 0,2%. La estrategia comercial de la cadena, centrada en ofrecer opciones de ahorro a los hogares colombianos, permitió mantener el impulso del negocio frente al cambio en las dinámicas de consumo.
Uno de los principales logros del año fue la duplicación del EBITDA, que llegó a los 96 millones de euros (+102,3% en moneda local), con un margen de 3,4%, frente al 1,9% registrado en 2023. Esta mejora se atribuye a una mayor eficiencia operativa, control de costos y un ajuste en las dinámicas comerciales de la compañía.
Expansión sostenida e inversiones logísticas
Durante 2024, Ara abrió 150 nuevas tiendas, cerrando el año con un total de 1.438 puntos de venta en todo el país. Para sostener esta expansión, la compañía inauguró un nuevo centro de distribución a inicios de 2024 y realizó inversiones en infraestructura logística que comenzaron a operar en 2025.
El plan de inversiones del grupo Jerónimo Martins fue de mil millones de euros en el año, y un 40% del Capex se destinó exclusivamente al programa de expansión, que incluyó la apertura de 385 nuevas tiendas (352 netas).
A pesar de los buenos resultados operativos, el flujo de caja fue negativo en 62 millones de euros antes del pago de dividendos. Esta cifra se explica por el impacto de la desaceleración inflacionaria en el crecimiento de ingresos, así como por el aumento del pago de intereses, especialmente en Colombia, donde las tasas siguen siendo elevadas.
El resultado financiero neto fue de -267 millones de euros, reflejo del aumento del endeudamiento para financiar operaciones en moneda local a tasas superiores al promedio del grupo. Además, se registraron pérdidas extraordinarias por 119 millones de euros, que incluyeron una dotación inicial de 40 millones para la Fundación Jerónimo Martins y 27 millones en bonos excepcionales a los equipos operativos, en reconocimiento a su desempeño durante un año de alta exigencia.