Arcor toma el control de La Serenísima y redefine el mapa alimenticio argentino

Tras ejercer una opción de compra acordada en 2015, el grupo Arcor se convierte en el nuevo propietario de Mastellone Hermanos, dueña de la icónica marca La Serenísima. Una operación que cierra una etapa y abre un nuevo capítulo para el negocio lácteo nacional.

 

La noticia ya es oficial: Arcor, uno de los mayores grupos alimenticios de Argentina, ha adquirido el 100% del paquete accionario de Mastellone Hermanos, la compañía detrás de La Serenísima. A través de un comunicado remitido a la Comisión Nacional de Valores (CNV), el grupo cordobés anunció que ejecutó junto con Bagley su derecho de compra sobre el 49% restante de las acciones de la láctea, completando así la adquisición total de la empresa.

El acuerdo tiene un trasfondo de largo plazo: la opción de compra fue pactada en 2015, cuando Arcor y Bagley (firma controlada junto a Danone) ingresaron con una participación minoritaria. Desde entonces, fueron incrementando su tenencia hasta alcanzar el 51% en 2020. La reciente operación representa la consolidación de ese proceso y convierte a Arcor en el único dueño de La Serenísima.

 

Una operación que marca un antes y un después

Con esta adquisición, Arcor suma a su portafolio la empresa líder en productos lácteos del país, con una trayectoria de más de 90 años, una red de más de 7.000 empleados y presencia en miles de puntos de venta. La Serenísima procesa millones de litros de leche por día, y tiene una fuerte penetración de marca en todos los hogares argentinos.

La magnitud de la operación excede lo financiero. Se trata de un movimiento estratégico que impacta en toda la cadena de valor del consumo masivo. Arcor, tradicionalmente fuerte en golosinas, alimentos y bebidas, consolida así su presencia en la categoría de lácteos —uno de los segmentos más sensibles del consumo— y refuerza su posición como uno de los grupos alimenticios más influyentes del país.

 

Implicancias para el retail y el consumo

Para el ecosistema de retail, esta integración podría significar un rediseño del mix de marcas, estrategias comerciales más agresivas y una mayor coordinación en la cadena de distribución. También podría traducirse en eficiencias operativas a partir de sinergias logísticas, marketing conjunto y mayor poder de negociación con canales.

Desde la perspectiva del consumidor, el desafío para Arcor será mantener el prestigio y la confianza que La Serenísima construyó durante décadas. La marca representa para millones de argentinos un símbolo de calidad y cercanía. Conservar ese posicionamiento será clave para evitar fricciones en una categoría donde la lealtad de marca juega un rol central.

 

¿Qué viene ahora?

La noticia marca el fin de la etapa de gestión familiar de los Mastellone al frente de la compañía, y abre un nuevo ciclo donde Arcor definirá el rumbo estratégico, industrial y comercial de La Serenísima. Aunque aún se desconoce el monto final de la operación —que podría definirse a través de un tribunal arbitral si no hay acuerdo entre las partes—, lo cierto es que la industria alimentaria argentina acaba de vivir una de las mayores transformaciones de los últimos años.


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